La goleada propinada este miércoles al Caracas FC, con motivo del partido de vuelta por la segunda fase previa de la Copa Libertadores, podría ser el tan esperado signo de reacción y punto de inflexión que la hinchada de Junior estaba esperando recibir de Luis Amaranto Perea y sus jugadores. 

El conjunto, que hace apenas 15 días estaba enterrado hasta el cuello en el lodo, pues ni jugada bien, ni ganaba y menos parecía dar alguna señal de recuperación como para albergar una esperanza, ahora parece estar encontrando su rumbo, luego de un partido muy bien jugado. 

Junior tuvo el 70% de la posesión de la bola, con el cual hizo 661 pases con el 85% de efectividad y remató al arco con peligro de gol en 7 oportunidades. Es decir, un 42% de efectividad, que aunque poco, le alcanzó para liquidar el juego ante el volumen de llegadas.  

Pero las dudas -más que razonables en este punto- hablan de que Junior se midió a un equipo con 13 bajas por Covid-19 y que desde un principio se mostró, en su propia casa, inferior a lo que podrían expresar los barranquilleros. 

Todo eso es cierto, y es más, la diferencia en goles del global (5-2) fácilmente debió de ser al menos de tres tantos más. 

Pero para eso retrasamos un poco más la película. El domingo pasado, en la derrota ante Atlético Nacional, se vieron puntos similares. Las fortalezas que se exhibieron ante los antioqueños, donde Junior fue el dominador del partido.

El manejo de la pelota con criterio, el juego asociativo y la inteligente lectura de los espacios para distribuirse a nivel colectivo le dieron un vuelco a la situación del equipo. 

Eso sumado a aportes individuales, como la reacción en las últimas fechas de Teófilo Gutiérrez, quien pese a su infantil expulsión ante el Nacional, demostró que está en un momento de lucidez deportiva muy importante. 

Además un Miguel Ángel Borja enchufado con el gol, dando tranquilidad con su capacidad para anotar, da la buena noticia que no se ha enfriado. Y que, aunque está errando tantos, no deja de convertir por partido. 

¿Qué tanta responsabilidad tiene Luis Amaranto Perea en esto? 

Perea decidió sacar de la cancha a Dany Rosero y la defensa se estabilizó un poco. Además, coincidió con la salida por lesión de Juan David Rodríguez -quien es la hora y no ha justificado su llegada al equipo- por lo cual cambió el módulo en la mitad. 

Igualmente, emergió a la titular el venezoano Luis ‘Cariaco’ González, quien sin ser brillante, ha hecho un trabajo mucho más sobresaliente que el que hizo en su momento Jhon Pajoy, dándole opciones para el manejo de la pelota y más ideas al mediocampo. 

Ahora el reto, no solo es ganarle al Pereira y confirmar que el equipo realmente se está encontrando, sino que la lucha estará en reponerse a la ausencia de Teófilo Gutiérrez, quien estará fuera de las canchas dos fechas por la tarjeta roja vista en Medellín. 

El momento para reaccionar es ahora. Es que no queda mucho espacio para hacerlo.